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Koh Lanta

  • Adrián H.
  • 30 jul 2017
  • 2 Min. de lectura

El día anterior a dejar Railay compré un billete hacia Koh Lanta (เกาะลันตา) que incluía el long-tail boat hacia Krabi Town a primera hora de la mañana y desde allí una minivan hasta el ferry que iba a la isla. El viaje duró aproximadamente unas dos horas y media y fueron más o menos 400 baht.

En temporada alta se podía ir directamente con un ferry que al parecer salía a diario, pero como era época de lluvias este medio no estaba todavía operativo.

Koh Lanta es una isla medianamente grande de 30 km de largo y unos 6 de ancho que todavía no está tan explotada por el turismo como otras islas, de carreteras tranquilas donde se asienta la vida local, principalmente dedicada a la pesca y a la hostelería.

Cuando la minivan me dejó en el hotel, pude hacer check-in y, perdiendo el miedo al imprudente tráfico tailandés, nuevamente alquilé una moto por el mismo precio que la anterior (200baht/día) para poder explorar la isla.

Hice una ruta por la carretera principal en la parte oeste de la isla, admirando las playas y paisajes salvajes que Koh Lanta tenía para ofrecer a sus visitantes. En concreto, una de las playas tenía indicios de haber sido fuertemente sacudida por el trágico tsunami que tuvo lugar en 2004, que afectó a la costa del mar de Andamán.

Playa afectada por el tsunami de 2004
Vistas desde la costa oeste de la isla
Vistas desde la costa oeste de la isla
Atardecer en Koh Lanta
Vistas desde el hotel

Al día siguiente planeé un trekking hacia la cascada Klong Chak. La caminata, que duró aproximadamente 1 hora, se adentraba en lo más profundo de la frondosa jungla de la isla y no fue para nada fácil (es importante llevar buen calzado y agua). Durante el camino tuve el placer de ser saludado por todo tipo de animales salvajes, desde mariposas gigantes y diferentes insectos, hasta peces, pájaros de todo tipo, ranas e incluso algún lagarto de más de un metro de largo que se cruzó por mi camino.

La ruta entre la densa vegetación que crecía al lado de un río y subía por una montaña mereció la pena, pese al calor sofocante, puesto que me dio la oportunidad de disfrutar de sitios únicos, casi vírgenes, alejados de la civilización.

La cascada sin embargo no fue gran cosa, ya que al haber ido en aquella época no tenía mucha agua y empezaría a tener más a finales de la estación de lluvias.

Trekking hacia Klong Chak
Trekking hacia Klong Chak
Cascada de Klong Chak

Pasé un par de días más explorando la isla, disfrutando de la tranquilidad de sus playas y la deliciosa comida tailandesa típica del sur, aprovechando el tiempo libre en parte para organizar la ruta que tomaría los próximos días.

Después de Koh Lanta me propuse volver a Surat Thani, esta vez para ir a la parte este del sur del país a Koh Phangan, una isla en el golfo de Tailandia y conocer así la majestuosidad de su otro mar.

 
 
 

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© Spiral Out por Adrian H. 2017. 

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